5.08.2011

Resucité al tercer bolero

Cuatro versos breves

El ala sin vuelo
del pájaro inerte.
La cita en un sueño
donde
vuelvo
a verte...

La puesta en escena
de un alma remota.
Mi amor que se rompe
en la muñeca rota.

El corazón fósil
que al alba envejece.
La muerte sembrada
en la flor
que florece.

El triste sabor
de un encuentro
pequeño...
¡Fue bueno abrazarte
aunque sea
en un sueño!

Me dormí un año entero
y cuando desperté
mis demonios seguían
ahí donde los dejé.

Como huellas
sembradas
sobre una playa
en calma

Pastaban en manada
los náufragos
de mi alma

Me dormí un año entero
y cuando desperté
mi cama semejaba
al arca de Noé.

Me traigo este dibujo,
retazo de mis días.
Boceto de la fauna
que hay en mi
corazón.

Te traigo este dibujo
(no tiene groserías
porque hay que honrar
al árbol
que nos lo regaló)

Te traigo este dibujo:
mi gratitud canina,
mi rola de sabina,
mi oreja de Van Gogh.

No le muestres a nadie
mi gráfica de ambrosía.
Mi amor impublicable
es sólo de los dos.

Un juez deshonesto
para el duelo interior.
Mentiras calientes
a manera de guiso.

Un golpe a traición
y acto seguido: una flor.
Cubeta con sangre
para trapear el piso.

Gentiles placebos
para tu corazón:
la luna varada
sobre el mar de tu pelo.

Cadáver aéreo
donde un tiempo
hubo un Dios.
Cubeta con sangre
para trapear el cielo.


Por cuestiones más violentas que artísticas me acordé hoy de una página que me gustaba mucho en la adolescencia. En ella se encuentran dibujos y bosquejos de un caricaturista que me parece interesante (José Quintero), pero que ha dejado de publicar aquí hace muchos años. Por lo que aparece en su blog se está dedicando a cosas más comerciales, aunque no siempre malas. A pesar de esta triste, pero inevitable pérdida ($$) quiero compartirles algunos de los versos que más me marcaron. (por problemas técnicos no pudo subirles los cómics, pero les invito a que los busquen en la página, valen la pena).

Morí de amor

Llegué en abril, cuando
el dolor comete excesos

Abrí la Caja de Pandora
de tus besos

Morí de amor (¿quién
del amor resulta ileso?)

Resucité entre el
ruido blanco de tus rezos.

Curé de espantos
a este corazón defeño

Vendí mi fe al mejor postor
encontré dueño

Nací feliz, me hice mayor
fruncido el ceño

Morí de amor, resucité
a falta de sueño.


Reté al destino desde
atrás del burladero

Comí la mierda que nos dan
los noticieros

Derribé a Dios de un
proyectil triste y certero

Morí de amor, resucité
al tercer bolero.

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