5.23.2010

Yo estaba sentada en la barra, viendo la espuma que brotaba de mi vaso de cerveza. El ruido de las risas y los pasos se escuchaban por toda la pista. Yo lo sabía y no voltería. Me tienes acobachada. Sesenta y cinco centímetros me separan de sus piernas delgadas. Sé que mientras más alargue el tiempo más cruel será la espera y más satisfactoria la sensación de hacerte mía. Yo cambio sus palabras dulces y suaves por esos truenos de desesperación. Mujer de tres espinas, mujer sudada. Estás bailando para mí y yo no te hago caso. Créetelo, jamás llegarás al cielo.

Yo estaba sentada en la barra, y la espuma de cerveza brotaba por mi garganta. Por la pista se escuchaban tus pasos y tu risa. Me estás buscando y yo lo sé. Te tengo acorralada. Treinta y cinco centímetros para completar el metro de distancia. Aguantas la espera y expotarás en satisfacción cuando te haga mía. Disparas truenos dulces y palabras de desesperación. Mujer de tres picos, mujer aguamala. Te espero mientras bailas, mientras crees escribir tu camino al cielo.